sábado, 2 de febrero de 2019

Regreso a Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja

Es un clásico que comente que tengo este blog un poco olvidado, pero es así, el día a día corre que se las pela. La última entrada que hice fue en julio del año pasado, hace más de seis meses.
 
Desde entonces pasó el verano, muy disfrutado aunque reenganchándome al trabajo, pues me llamaron para trabajar en el Servicio Murciano de Salud durante el mes de agosto completo. Eso fue posible porque mi contrato de interino vencía el 30 de junio.
 
En septiembre de 2018 ya estaba incorporado a mi nuevo destino como profesor interino en Castilla y León. De nuevo el IES Merindades de Castilla (Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja), el que fue mi primer destino (curso 2016-2017). Genial reencuentro con Dirección y compañeros de departamento y genial nuevas compañeras para este curso. Este año mi contrato es hasta el 14 de septiembre de 2019, así que no volveré a trabajar en el Servicio Murciano de Salud aunque quiera. Me dedicaré a pasar un verano completo descansando junto a mi hija y mi mujer, que falta me hará.
 
Está siendo un curso disfrutado, como siempre; un curso de seguir aprendiendo, de seguir formándome y avanzando como docente. Soy tutor por primera vez de alumnos de un curso que tiene formación en el centro de trabajo (fct), así que desempeño una función, a parte de la docente, de intermediación entre la vida real de la empresa y mis estudiantes tutorizados. Durante 17 años de trabajo en la empresa privada he sido tutor de empresa de muchos chicos que venían de formación profesional, ahora estoy en el otro lado, ahora soy tutor por parte del centro educativo. Es muy gratificante haber estado en los dos lados de la formación. Mi jefa de departamento me está ayudando en todo lo que necesito, que no es poca cosa.
 
La vida en la comarca de las Merindades es muy interesante para mí, me gusta el frío y la naturaleza de este lugar, al norte de Burgos y pegado a Cantabria y sus montañas, es increíble.
 
A estos dos productos los echaba mucho de menos:
 



Y a la confitería Íñigo, sus cafés y sus dulces de alta calidad:


 
En octubre vinieron a visitarme mis sobrinos, hermano y cuñada. Pasamos tres días intensos, de paseos y gastronomía.
 
 
 

 
 
 




 


 
 
Junto con mis compañeras Noemí y Laura hicimos una excursión al monasterio cisterciense de Santa María de Rioseco:
 








 
 
Una de las cosas que me ha producido más satisfacción es haber organizado, junto con otro compañero, una conexión a través de vídeo conferencia y en tiempo real con la base española (Ejército de Tierra) Gabriel de Castilla, en la Antártida. Deception Island, a más de 13.000 kms. de España.
 
Disfruté muchísimo organizando esa actividad, poniéndome en contacto las semanas de antes con los militares de la base en la Antártida y, llegado el día, llevando el peso de la realización de la actividad ante un auditorio lleno de alumnos y profesores.
 
El comandante al mando de la base (Juanjo) y la vulcanóloga (Olga) nos ofrecieron una hora de información entretenida, en directo, tanto dentro de las instalaciones como mostrándonos un paseo fuera de la base, tablet en mano y con una tormenta que arreciaba y que hizo la comunicación difícil en ese tramo exterior de la vídeo conferencia.
 
Al final creo que todo resultó bastante bien. Este tipo de cosas son las que hacen tan especial esta profesión.
 
 
 
 
Lleva todo el día nevando en Villarcayo, una preciosidad. Os dejo con algo de música, amigos. Nos vemos en el camino, cuidaos.