miércoles, 31 de agosto de 2011

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Jaca. (Vol. VI)

Jueves 11 de agosto

Muy temprano nos despedimos de Casa Notario. Han sido cinco noches agradables en un entorno tranquilo, fresco y verde.

También desayunamos por última vez en nuestro bar de Broto (bar Arazas). Lo de siempre, café con leche y tostadas con tomate, aceite y sal. Lo normal era encontrarse con los parroquianos tomando dos huevos fritos, panceta, patatas fritas y café, pero nosotros nunca vimos con buenos ojos ese desayuno.










Nuestro objetivo del día era la estación de esquí de Panticosa. Con el fin de ascender desde allí a su Ibón Azul. Un Ibón es un lago glaciar que, evidentemente, se forma donde está el glaciar y, por tanto, está a una considerable altura y se nutre de las aguas del deshielo.

Esta jornada de senderismo resultó ser la más dura. No calculamos bien lo complicado del terreno y el enorme desnivel que existe desde la estación de Panticosa hasta el Ibón Azul. Llegamos a una cota de más de 2.700 metros partiendo de una de 1.600 que es a la altura que está Panticosa. O sea, que superamos un desnivel de más de mil metros. Por una senda, además, más jodida "que el Copín" y con un sol de justicia. A pesar de todo, mereció la pena y lo pasamos genial.

De regreso desde el Ibón Azul a Panticosa nos bañamos en el rio que bajaba del lago glaciar. ¡¡Casi entro en parada cardiorespiratoria, buuuffff jamás me he bañado en un agua tan fría!! La fotografía da fe, terminé con todo el cuerpo amoratado de frio y con las piernas casi sin sensibilidad.

Cuando llegamos de vuelta a la estación de esquí-balneario de Panticosa estábamos más que agotados. Como es costumbre, nos pedimos unas bebidas isotónicas para recuperar electrolitos.






































Una vez acabada la ruta del día, fuimos a Jaca. Allí cogimos el hotel en el que nos hospedaríamos esa noche y la siguiente, hotel Somport, a lado de la Catedral, y cenamos por el casco antigüo.

Se me ocurren varias bandas sonoras llegados a este punto. Sólo pondré una de ellas así, a vuela pluma, únicamente decir que, al contrario de lo que dice la canción, yo sí que encuentro la alegría de vivir en cada piedra de cada vuelta del caminoUn abrazo para cada uno de vosotras/os:



lunes, 29 de agosto de 2011

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Jaca. (Vol. V)

Miércoles 10 de agosto

Como de costumbre, desayunamos en Broto.

La ruta de este día nos llevaba por varios pueblos situados en el Valle de Vió.

En primer lugar estuvimos en Fanlo y luego en Nerín. Nerín es conocido porque tiene una garganta donde mucha gente va a hacer barranquismo.

Visitamos Vió, Buerba, Puñarruego, Escalona (aquí comimos), Puértolas y llegamos a Escuaín. Todos estos pueblos son limítrofes con el Paque Nacional y se encuentran a una altura media de 1.100 metros. Eché varias fotos a las famosas chimeneas pirenaicas, tocadas en su extremo superior por el "espantabrujas", algo que se cree en la región que sirve para que las brujas y los malos espíritus No se cuelen en la casa por la chimenea.

A la tarde llegamos a nuestro objetivo "andarín" del día: el cañón de Añisclo. Ésta fue la etapa más suave en cuanto a andar. Paseamos por el cañón, que discurría pegado al rio Añisclo y vimos su ermita, hecha en piedra. Fue un paseo agradable de no más de cuatro horas, ida y vuelta.

A la vuelta, en vez de cenar en el "pueblo con encanto" de turno, nos fuimos a Casa Notario y cenamos en el jardín. La temperatura era muy buena y terminamos el día entre banderillas picantes, queso, embutido de la tierra, pan, cerveza y vino.