A la que le puede el ansia el peso de la realidad y la justicia le ha terminado superando.
Ni se puede aparentar por encima de las propias posibilidades ni humillar a alguien está justificado con el fin de alcanzar nuestras ambiciones. Sobre todo cuando usamos argumentos falaces y mentimos como una bellaca.
Incluso las buenas personas nos revolvemos cuando se nos trata de manera injusta, arrogante y mal educada.
Tanta paz lleves como descanso dejas.
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