Una vez allí, cogemos la carretera a Los Collados de la Sagra y tras doce km. por una carretera sinuosa y con un entorno precioso llegamos al Restaurante Collados de La Sagra. Allí dejamos el vehículo e iniciamos la ascensión, pasando antes por la puerta del Observatorio de La Sagra.
A La Sagra se le puede atacar por varias vías.
En esta ascensión, que es mi primera ascensión a pesar de que he estado por la zona muchas veces y desde hace años acampando incluso, la hicimos por la cara este. Esa cara tiene como primer objetivo el Collado de las Víboras (a más de 1.800 metros de altitud), al que se accede desde la umbría de la zona norte desviándose hacia el este, una vez allí, se asciende por lo que se conoce por los Contrafuertes de La Sagra hasta llegar al Morro de las Zamarrillas (a más de 2.000 metros). Desde allí se hace el último esfuerzo hasta la cumbre, a 2.343 metros.
Otra vía de ascenso es el embudo, en plena cara norte, menos largo pero con más desnivel y un terreno más peligroso para el ascenso. Y una tercera vía es el bosque vertical, por la cara oeste. Es la más difícil por longitud total y desnivel acumulado.
La Sagra tiene algo mágico, está en tierra de duendes y eso se nota. En el grupo iba gente que había subido La Sagra más de siete veces y todos los años intentaba volver a ascender. Así que si todo va bien, volveré el próximo año.
Voy con las fotos y breve explicación:
Siempre que se prepara la mochila la emoción familiar, cálida y excitante aparece
Llegando a Collados de La Sagra desde La Puebla de Don Fadrique. Se ve La Sagra y los colores otoñales del olmos y nogales, entre otros.
A las 08:30 horas dejamos el autobús en el restaurante Collados de La Sagra. Ahí empieza la ascensión, pasando por la puerta del observatorio de La Sagra, muy importante a nivel europeo.
Como he comentado al principio, la ascensión la realizamos por la cara este. El primer objetivo es alcanzar el Collado de las Víboras (1.852 metros de altitud), pasando por la umbría de la montaña y apoyándonos en lo que se conoce como los contrafuertes de La Sagra.
Una vez tomado algo sólido y descansado unos minutos en el Collado de las Víboras, continuamos por los Contrafuertes hacia el Morro de las Zamarrillas (2.010 metros):
Se pueden ver los colores del otoño en el valle
A partir del Morro de las Zamarrillas atacamos la cumbre. El último esfuerzo:
Francisco manteniendo el buen ánimo:
Si os fijáis, se ven personas en mitad de la foto:
El último tirón:
Visión del embudo desde arriba:
La cumbre a tiro de piedra:
Cumbre, 2343 metros. La gente que ha subido varias veces, me comentó que es rarísimo que hiciese esa temperatura y ese clima en la cumbre. Totalmente despejado, con viento pero sin ser incómodo, una visión panorámica espectacular y una temperatura muy cómoda, nada de frío.
Francisco, Ana y yo:
El descenso lo realizamos por un camino diferente, por la Pedrera y el Embudo. Tuvimos que llevar cuidado, pues es un descenso que requiere mucha concentración al ser muy muy irregular:
Miramos La Sagra una vez abajo ya con menos impresión, con la sensación de conquista pero con mucho respeto. Es una montaña peligrosa, arriba pudimos ver varias placas in memoriam de gente que dejó su vida en ella. En un día como el de hoy la montaña es amable y se deja subir, pero un entorno de alta montaña como éste es en muchas ocasiones hostil e implacable.
Una vez bajamos, toca la comida y la cerveza.
La organización de NaturArchena tuvo el detalle con los que subimos por primera vez La Sagra de darnos un recuerdo. Excelente día, compañía y organización de la excursión.
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