* En la vida permanentemente se está corrigiendo el rumbo. Diez grados a estribor, veinte a babor, quince a estribor... Así hasta que te mueras. Y NO lo hagas y verás... NO estés atento a la corrección y verás...
* Y la sonda, la sonda también hay que vigilarla de continuo, no sea que un bajío te abra una brecha en el casco.
* Cuando veo a un tío con rastas NO puedo dejar de sentir aversión. Veo en cada rasta de pelo que le cae por la espalda un edificio de piojos. Quizá pensar así sea injusto, pero es lo que se me viene a la cabeza.
* Cuando me preguntan qué tiene el judo para que me guste tanto paso de intentar explicarlo. NO consigo crear un discurso que refleje esas sensaciones. Igual que cuando me preguntan que por qué corro medias maratones, hay que estar "on the road again" para entenderlo.
* Ahora mismo estoy tomando un café y hay una pareja discutiendo a voces muy cerca de mí. Ella le recrimina entre sollozos que ha jugado con sus sentimientos y que NO tiene la decencia de reconocerle que NO la quiere... En fin, un alivio ver esas situaciones desde la distancia emocional que da estar sólo. Mi umbral de tolerancia a los dramones sentimentales, sobre todo propios, está cada día más bajo.
Yo sí soy tolerante a "los dramones" porque nunca se sabe lo que hay detrás de cada uno.Puede que esas personas esten experimentando una situación que los demás jamás hayamos vivido y por eso no podamos entenderla.A mi, se me suele encoger el corazón.
ResponderEliminarLo cierto es que cuando pasan las tormentas piensas que ninguna merece la pena, pero así somos, de lo contrario no seríamos humanos.
Un abrazo enorme.
Un abrazo, Lolita.
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