viernes, 27 de agosto de 2010

The English's Club


* El Club del Inglés es una zona de costa cerca de la casa de mis padres. Unas centenas de metros de playa en la que no hay playa porque hay algas (sobre todo poseidonias), rocas, erizos (antes más que ahora), holoturias (pepinos de mar) y muy poca arena. De niños y adolescentes nos juntábamos los amigos para pescar allí, le pusimos ese nombre porque tiene al lado la casa de un inglés. A parte de niños, acudían aficionados a la pesca ya adultos, expertos, con equipazos: "El cuatro cañas", "El del Simca", "Diego Baños", Antonio "el albañil". Hasta 17 cañas, de unos y de otros. Salía pesca: sargos, lubinas, mújoles, salpas, dobladas, palometas... lo pasábamos bien. Muchas tardes de verano nos veíamos allí y pescábamos.

* Luego ya no hubo tiempo para más Club del Inglés. Estudios, trabajo, novias, defunciones, divorcios (en este caso no mio, sino el "del cuatro cañas" hace ya años, cuando era todavía algo exótico eso del divorcio), etc, etc.

* Este verano he retomado la costumbre. Unas cuantas tardes he echado la caña en el Club. Se han animado también mi hermano, Silvia, Elena y mis primos, como hace años. Sigue saliendo pescado, pero creo que menos que antes. Aún así ha sido divertido. Uno de mis primos se agobiaba mucho al principio, pensando que tenía que rentabilizar el tiempo empleado en pescar con resultados, con peces. Es empresario, está acostumbrado a rendir cada minuto para sacar el negocio adelante. A fuerza de decirle que tiene que dejar la productividad para el trabajo, creo que he conseguido que se relaje, que disfrute aunque no pesque.

* El ritual no puede ser más agradable. Empieza a caer el sol. Preparas aparejos, cañas, silleta, frontal, un buen libro, el ipod nano, azul claro, tabaco, agua, pan duro y algo de cena. Llegas al Club, montas la silleta, preparas las cañas, las lanzas y te sientas a leer, a escuchar radio, a fumar, a conversar con los compañeros/as. Lo de menos es pescar. Se puede apreciar como Venus siempre brilla más que nadie y sale a primera hora del anochecer por sur-suroeste, a la misma hora, más o menos que se ilumina la Torre de Santa Elena que queda al este. El anochecer siempre es precioso en El Club del Inglés. Se oculta el sol entre un palmeral y el mar.

* Ayer, por ser el último rato de pesca en agosto, me fui más temprano. Pegaba todavía con fuerza el sol, ayer hizo calor de cojones y hoy parece que será peor, así que no me senté cerca del agua, sino que me senté en el mismo paseo marítimo, a unos metros de las cañas, al refugio de las palmeras. Por el paseo marítimo pasa mucha gente, andando, corriendo, paseando. Es inevitable enterarte de cosas de la gente, porque van hablando entre ellos, porque van hablando por el móvil, algunos hasta hablan solos. El caso es que pasaron dos hombres de cuarenta y tantos, uno de ellos parecía cabreado, le decía al otro, todo resuelto, que se había despertado a las tres de la mañana de repente porque no le había gustado lo que le había dicho su mujer en la cena, que la había despertado a ella para aclarar un par de cosas, que ella le había dicho que eran las tres de la mañana, que se esperase a la mañana, que él había dicho que le importaba un huevo que fuesen las tres de la mañana, que eso lo quería aclarar en ese mismo momento... ¡¡¡¡¡ Buuuffffff qué pereza !!!!!, pensé.

En septiembre, octubre, noviembre, si no pasa nada, habrá más tardes en el Club del Inglés. Total capacidad de maniobra.

Pd. La imagen es una fotografía real del Club del Inglés.

PD II: Más concretamente, la foto es cortesía de la señorita Elena Montero.

4 comentarios:

  1. Ayyyyy nuestro English´s Club!!! Qué chulo!!! Me encanta la foto ¡y me suena! jejeje...

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  2. Cierrrto que te suena, voy a poner la fuente!!!

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  3. ehhh! soy tu primo Sebas, q risa con la anécdota del metro,me he partido otra vez,no se me olvidará,me estoy acordando de la noche que salimos al cabo,fue una experiencia inolvidable,bueno primo un saludo y cuídate.

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  4. Hola, Sebas!!! Ha sido un muy buen verano, verdad?? La noche del Cabo fue increíble, toda aquella costa en plena noche e iluminada por la luna. En fin. Yo me voy este fin de semana, ahora mismo, realmente, a Mazarrón, echaré las cañas un rato esta tarde.

    Que vaya bien el trabajo, la casa y todo lo demás. Muy buen otoño. Tenemos una barbacoa pendiente, a ver si pudiésemos encontrar hueco. Un abrazo, nene.

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