jueves, 28 de abril de 2011

Buenaventura


* Se llama "Buenaventura". La foto la hice esta primavera desde Las Antípodas, un delicioso bar que se encuentra a los pies de la Torre de Santa Elena. El nombre del velero me lo descubrió Enrique, es el dos palos donde se rodó la Carta Esférica, eso tampoco lo sabía. No puedo imaginar un mejor nombre para un velero tan bonito. El día es uno de esos tan poco frecuentes en la Bahía de Mazarrón en el que se levanta la niebla dejando un escenario irreal, de novela.

* "- Daniel, bienvenido al Cementerio de los Libros Olvidados.

   Salpicando los pasillos y plataformas de la biblioteca se perfilaban una docena de figuras. Algunas de ellas se volvieron a saludar desde lejos, y reconocí los rostros de diversos colegas de mi padre en el gremio de libreros de viejo. A mis ojos de diez años, aquellos individuos aparecían como una cofradía secreta de alquimistas conspirando a espaldas del mundo. Mi padre se arrodilló junto a mí y, sosteniéndome la mirada, me habló con esa voz leve de las promesas y las confidencias.

   - Este lugar es un misterio, Daniel, un santuario. Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él. Cada vez que un libro cambia de manos, cada vez que alguien desliza la mirada por sus páginas, su espíritu crece y se hace fuerte. Hace ya muchos años, cuando mi padre me trajo por primera vez aquí, este lugar ya era viejo. Quizá tan viejo como la misma ciudad. Nadie sabe a ciencia cierta desde cuando existe, o quiénes lo crearon. Te diré lo que mi padre me dijo a mí. Cuando una biblioteca desaparece, cuando una librería cierra sus puertas, cuando un libro se pierde en el olvido, los que conocemos este lugar, los guardianes, nos aseguramos de que llegue aquí. En este lugar, los libros que ya nadie recuerda, los libros que se han perdido en el tiempo, viven para siempre, esperando llegar algún día a las manos de un nuevo lector, de un nuevo espíritu. En la tienda nosotros los vendemos y los compramos, pero en realidad los libros no tienen dueño. Cada libro que ves aquí ha sido el mejor amigo de alguien. Ahora sólo nos tienen a nosotros, Daniel. ¿Crees que vas a poder guardar el secreto?

- La costumbre es que la primera vez que alguien visita este lugar tiene que escoger un libro, el que prefiera, y adoptarlo, asegurándose de que nunca desaparezca, de que siempre permanezca vivo. Es una promesa muy importante. De por vida - explicó mi padre -. Hoy es tu turno".

Extracto de la novela "La sombra del viento", de Carlos Ruiz Zafón.

Comencé "El Ocho" aquella noche pero al día siguiente recordé que tenía éste por leer hace mucho. Cada vez que lo abro estoy en la Barcelona de posguerra, en Las Ramblas, en El Raval y en El Barrio Gótico; entre libros viejos y olor a humedad.

Una de las ideas fuerza de este libro es que son los libros los que te eligen a tí, No al revés. Son ellos los que deciden si estás para leerlos alguna vez y, si es así, eligen en qué etapa de tu vida. Yo llevo pensando eso desde hace mucho.

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