domingo, 28 de noviembre de 2010

XXII Travesía Orientación Nocturna Agrupación Deportiva Leiva: La Sierra del Gigante




* La Sierra del Gigante es una zona de media montaña muy poco conocida y sorprendente. Se encuentra en Lorca, cerca de la pedanía de la Parroquia. Al final, la travesía de orientación nocturna de ayer y hoy ha sido en esa zona.

* Quedamos en la Parroquia los integrantes del equipo de este año: Pedro, José Francisco, Alfredo, Raúl y yo. A eso de las tres y media de la tarde de ayer sábado. En una venta. Comimos arroz y pavo, al parecer una comida muy lorquina. El arroz es caldoso, y el pavo, a juzgar el tamaño de los huesos yo diría que era un avestruz. Muy rico todo, eso sí. Confraternizando la gente del equipo, cerveza, comida, vino, batallitas y anécdotas de monte y mucha risa. No fuimos en el autobús de la organización porque algunos de nosotros teníamos qué hacer el sábado mañana y no podíamos estar a tiempo en Alhama, que es de donde sale siempre.





* El tiempo como imaginábamos, lluvia, lluvia, lluvia, viento y frio. Cuando llegamos a la zona de acampada de la Sierra del Gigante, a eso de las seis menos cuarto, estábamos a cinco grados (la zona está a mil metros de altura, aprox.).

* Viendo cómo estaba el terreno, todo encharcado y la lluvia sin parar de caer, decidimos NO montar tiendas de campaña y aprovechar que nos habíamos traído tres coches para descansar en ellos las escasas horas de relax depués de la travesía y antes del desayuno del domingo. Así que, a las seis nos marchamos a la cantina del albergue al ritual de siempre antes de esta prueba anual: beber cerveza, beber vino de la tierra, cenar y seguir contando batallitas.




* A las 20:06 de ayer sábado dieron la salida a nuestro equipo, "ACHO 2010". Noche cerrada, ¡¡pero cerrada!!, cortinas de agua, viento arreciando, tres grados de temperatura y nosotros plano en mano comenzamos la travesía. El plano plastificado te lo proporciona la organización unos minutos antes de la salida de cada equipo, con unas leves orientaciones sobre puntos donde hay que tener especial cuidado para evitar accidentes. A partir de ahí todo depende de la brújula, de lo buenos que sean los del equipo para orientarse e interpretar el mapa y de una preparación física de cierto nivel (la travesía que empezamos ayer sábado a las 20:06 horas ha tenido una longitud de 29 kilómetros con terreno y condiciones de lo peor que he vivido yo nunca en ninguna salida al monte que haya hecho).








* Una vez consultada la brújula y el mapa e iniciada la ruta correctamente, a la hora, más o menos, la primera incidencia. Dos chicas jóvenes que se habían perdido de su otra compañera y de su otro compañero. Nos pidieron por favor quedarse con nosotros hasta que encontrásemos el primer control de paso de la organización. Al rato aparecieron los otros dos miembros de su equipo y ya siguieron ellos por su cuenta. Me encanta ver mujeres que tienen la capacidad de tragarse una ruta así, son de otra pasta.

* Sin incidencias pasamos por el primer control de la organización y seguimos al siguiente tramo. Lo peor de anoche fue, desde luego, las condiciones del tiempo. Frio, entre 1 ºC y 2.5º C en cuanto se hicieron las diez de la noche, lluvia sin cesar y viento que te hace tener más frio. En ese tipo de circunstancias, lo ideal es mantener secos y calientes los pies y el tronco. Si se te mojan los pies y/o se te mete el frio en la espalda y lumbares, que sepas, que lo sepas, que estás muy jodido.

* A los quince kilómetros llegó el avituallamiento. Durante quince minutos neutralizan tu tiempo y tienes el respiro de tomar un par de vasos de leche caliente con colacao y dulces en el tambalache que monta la organización en mitad de ninguna parte y que ilumina y calienta con generadores de gasolina. Una vez pasados los quince minutos de neutralización, nombran al equipo y a seguir.

* Lo peor vino a partir de aquí. Uno ya va prometiéndoselas muy felices. Ha calentado el cuerpo con leche y dulces, se ha podido fumar un cigarrito y ha salvado la mitad del recorrido sin que la lluvia, el frio y el viento le hagan perder calor ni ánimo. Hay que señalar que fue una noche sin concesiones, la lluvia NO dejó de caer en ningún momento. Pero resulta que la organización nos tenían preparados un par de sorpresas que resultaron envenenadas por la cantidad de agua que había y estaba cayendo.

* En primer lugar había que atravesar un río que en circunstancias normales apenas tendría caudal y que anoche bajaba con mucha agua. Con lo que nos mojamos más arriba de las rodillas para poder pasarlo. Botas mojadas por dentro y pies mojados y helados... quedando casi quince kilómetros por delante de caminata.

* En segundo lugar, y lo peor de lo peor, nos metieron por un barranco-desfiladero que NO se terminaba nunca. Andamos por él durante más de diez kilómetros, cuesta arriba, con un barro que se te pegaba en las botas y apenas te dejaba caminar, con zonas peligrosísimas a las que había que encaramarse a más de dos metros para poder continuar, con charcos enormes que te los comías una vez sí y otra también. Una repertorio de resbalones, tropezones y trompazos fue el que tuvimos. Todos los equipos coincidimos esta mañana en que fue una suerte que nadie se partiese un hueso, uno o varios.

* Al final salimos de aquel infierno y llegamos a la meta sin perdernos, picando en todas las balizas y pasando todos los controles. Como digo, salimos a las 20:06 de ayer sábado y hemos llegado esta mañana a las 05:50 ¡¡¡ CASI DIEZ HORAS DE CAMINATA EN LAS PEORES CONDICIONES !!! Helados, calados hasta los calzoncillos y un poco cabreados porque la organización sabía hace días que haría mal tiempo y podía haber modificado el itinerario para NO hacernos pasar por ese desfiladero.

* En fin, una vez en meta, dejamos nuestra hoja de registro, nos tomaron el tiempo y nos metimos en el cuerpo el tradicional caldo con pelotas que nos dan siempre al finalizar la etapa. Pitando para el coche a arrancar el motor y poner la calefacción para calentar durante unos minutos el coche, quitarse toda la ropa mojada y sudada y ponerse ropa seca, meterse en el saco de dormir, apagar el motor y descansar un par de horas.

* A las ocho y cuarto de esta mañana, cuando yo salía del coche para reunirme con mis compañeros e ir a tomar un café caliente, un par de chicas jóvenes que pasaban andando por al lado de mi coche en ese momento se me queda mirando y me dicen ¡¡Tú eres uno de los que nos han ayudado esta noche!! Yo NO conocía sus caras porque iban muy tapadas por la capucha unas horas antes cuando les echamos una mano, pero, al parecer, en algún momento ellas sí vieron la mía. Me cuentan las pobretiquias que acababan de llegar, que se había perdido, junto con los otros dos del equipo, en el tramo de orientación que había después de cruzar el río y antes de llegar al desfiladero y que, después de ir un par de horas en dirección equivocada, habían vuelto y encontrado el camino correcto. Estaban hechas polvo, porque llevaban andando doce horas, pero me han dicho que, al menos, habían terminado la prueba sin que las descalificasen. Después de hablar un rato de sus peripecias de la noche y de las mias, nos despedimos y me voy a ver a mis compañeros y a tomar ese café, mientras pienso, joder, una mujer de ese estilo quiero que me pida para Reyes un año de estos... 

* No nos hemos quedado a ver la clasificación y entrega de premios porque estábamos muy cansados, han pensado así muchos. Saldrán las clasificaciones en internet mañana, posiblemente. Yo, con haber terminado una travesía con esas condiciones, ya me considero ganador.

* La foto de la salida y la foto de la llegada:






2 comentarios:

  1. Dios Santo, qué aventura, joven!! Eres una máquina pero de las que no fallan nunca! Ya verás como los Reyes Magos te traen una super chica de esas, tú, solo tienes que escribirle la carta. Gracias por compartir esta tremenda, arriesgada e increible aventura!!

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